Fundamentalmente los ejercicios aeróbicos como caminar rápido, correr, bicicleta…, cada persona puede adaptarlos según sus posibilidades, por ejemplo salir a andar una hora y cada 5 minutos correr uno e ir aumentando la carrera cada día, de esta forma iremos aumentando poco a poco la intensidad. No solo conseguiremos quemar más calorías, sino que también mejorará nuestro sistema cardiorrespiratorio.
Este trabajo de resistencia hay que combinarlo con un entrenamiento que implique movilizar carga (por ejemplo ejercicios de remo o trabajo con unas pesas medianas), basta con una intensidad de trabajo moderada e ir aumentando el número de repeticiones aunque sea con cargas pequeñas, de esta forma trabajaremos nuestra fuerza muscular, debemos recordar que es el tejido muscular el que consume más calorías. Este trabajo muscular también produce mejoras en nuestro sistema óseo.
Consulta a un nutricionista deportivo para que te asesore de forma adecuada y personalizada.