No solo es importante el índice glucémico ( ya tratado en un artículo anterior), la carga glucémica (cantidad de carbohidratos contenidos en los alimentos), la forma de cocinar, la combinación de alimentos, incluso la genética son factores decisivos en la transformación de la glucosa sanguínea en grasa.
La forma en que combinamos los alimentos y la forma en que los cocinamos, pueden alterar el índice glucémico de los mismos.
En cuanto a la forma de cocinarlos:
1.- A mayor cocción de arroz, pastas o patatas, se producirá un incremento en el índice.
2.- Enfriar los alimentos anteriores tras la cocción reducirá el índice glucémico.
Los alimentos que contienen hidratos de carbono con alto índice glucémico lo pueden reducir combinándolos con:
1.- Alimentos ricos en proteínas.
2.- Alimentos ricos en fibra.
3.- Si comemos primero alimentos con índice bajo y después los que tienen índice alto (por ejemplo ensalada antes de arroz o patatas), retrasaremos la absorción de los alimentos con alto índice.
La sensibilidad a la insulina ( hormona que controla el nivel de glucosa en sangre) es también un factor genético, que además se modifica con la edad, de ahí que con la edad es más probable que subamos de peso comiendo de forma similar.