Nuestro cerebro es un órgano muy complejo en su funcionamiento y debemos cuidar que tenga a su disposición los nutrientes que necesita para rendir de forma óptima.
El combustible que utiliza para funcionar es la glucosa, el 25% de la que ingerimos es utilizada por nuestro cerebro (consumo muy elevado en relación a su peso).
¿Y que otros elementos son necesarios?
- Vitamina C: es esencial para proteger contra el deterioro cognitivo, posee propiedades antioxidantes que hace que la comunicación entre neuronas funcione adecuadamente. Es necesaria para sintetizar dopamina, sin niveles adecuados de este neurotransmisor, se ve afectada la memoria y la atención. Está presente en vegetales como kiwi, cítiricos y pimientos.
- Vitamina B1: Se ha comprobado que mejora el funcionamiento cerebral en personas con Alzheimer. Hay que recordar que el alcohol impide asimilar esta vitamina. Está presente en alimentos como frutos secos y legumbres.
- Magnesio: Parece estar relacionado con el aumento en el número de sinapsis y actúa contra la depresión y la ansiedad. Está presente en productos como frutos secos y espinacas.
- Zinc: Mejora la memoria y regula la comunicación entre las neuronas, ayuda a fijar los recuerdos. Presente en vegetales como guisantes, germinados de soja o pipas de calabaza
- Calcio: necesario para transmitir la información entre las neuronas, la vitamina C ayuda a que no se formen radicales libres que impiden la eliminación del calcio residual. No solo está presente en los productos lácteos, los frutos secos, alubias, coles… lo contienen en abundancia.
- Omega 3: estos ácidos grasos protegen las membranas de las neuronas y las conexiones entre ellas. Se encuentran en los pescados (sobre todo azules) y en vegetales como nueces y semillas de lino. Con una alimentación equilibrada tendremos garantizado la presencia de todos estos nutrientes, lo que ayudará al correcto funcionamiento de nuestras funciones cognitivas.