Lamentablemente en la mayoría de los casos no, la población más joven se alimenta más siguiendo los dictados de la alimentación anglosajona.
Los más jóvenes toman una alimentación muy procesada con exceso de azúcar, sal y harinas refinadas, también se abusa de las carnes rojas y en la bollería industrial se incorporan grasas hidrogenadas que perjudican seriamente nuestra salud.Una alimentación típicamente mediterránea, a grandes rasgos implica consumir: verduras, frutas, legumbres, frutos secos, aceite de oliva, comer más pescado que carne y dentro de esta última más de ave que carnes rojas, aunque incluye el pan, debe ser integral y en una proporción menor de la que tomamos habitualmente.
No debe incluirse nada de pan blanco, bebidas azucaradas ni alimentos procesados (pizzas, bollería industrial, hamburguesas, precocinados…)
En siguientes artículos hablaremos de estudios científicos que demuestran las bondades de la dieta mediterránea para la lucha contra muchas enfermedades.